Hoy te pensé.
Con la mirada perdida en un horizonte más lejano que las gotas de lluvia que golpeaban contra el cristal, te recordé. Me pregunté que sería de tu vida, así como hago de vez en cuando con todas aquellas personas que alguna vez pasaron por la mía. Si bien mis recuerdos en tu compañía son cada día más lejanos y remotos, de una absurda adolescencia de la que poco queda en esta caricatura de adulto que estoy empeñada en dibujar, aún me pregunto qué sucedería si algún día volviera a verte.
No te extraño, no te quiero, no te odio, no te nada. Simplemente, te recuerdo. Porque así soy. Mi alma se alimenta de recuerdos e historias inventadas, mezclándolos al punto de no saber distinguir unos de otras. Y entonces, cabe formular la inevitable pregunta… ¿Fuiste real?
No lo sé. De pronto me doy cuenta de que no soy capaz de responder a esa pregunta. Quizás lo fuiste en toda tu esencia, tan sólo un poco, o tal vez nada. Pero yo te recuerdo. Y por si acaso llego a olvidarte, te esconderé entre los versos de esa canción que tanto me recuerda a ti. Así, mantendré viva tu presencia en lo más profundo de aquella melodía, no sea cosa que algún día vuelva a cruzarte…
Somewhere between the sacred silence and sleep.
Y si algún día tú también olvidas quién eres, ya sabes dónde encontrarte.
Tu poema me recuerda, recuerdos… Pienso que el pasado, si vuelve, nunca es igual y puede que no nos agrade en presente…
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Por eso, a veces es mejor dejarlo guardado.
Gracias por tus palabras (:
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El texto como la canción de System of a Down: duro, pero puro rock.
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Si he de sufrir, que sea al ritmo de una buena canción.
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Me gusta mucho eso de «no te nada», pasa, bien seguido.
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